jueves, 13 de diciembre de 2012

La provocación de un célebre senador de Marruecos

Una noche de noviembre, la del 13, unos vándalos marroquíes amputaron y robaron el brazo, la mano y la espada de la estatua de Pedro de Estopiñán, el conquistador de Melilla en 1497, en el casco antiguo de la ciudad autónoma.

Veintisiete días después un senador marroquí, Yahya Yahya, de 45 años, se paseó por Rabat con ese trozo de la estatua. Se hizo incluso fotografiar el lunes ante el Mausoleo Hassan II y la muralla de la capital sosteniendo el brazo con la ayuda de su colaborador, Said Chramti, 36 años, apodado El Grandullón por la policía española.


El acto vandálico conmocionó a Melilla cuyos partidos políticos, nacionales o locales, lo condenaron unánimemente. Chramti reivindicó el robo, en nombre del Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla, del que es vicepresidente y que preside el propio Yahya. Envió a la prensa fotos en las que se ve ese pedazo de la estatua. Ahora ha dado un paso más con las fotos que la que se ve a ambos sujetando el brazo. Tiene la intención, dice, de entregárselo a un museo de Marruecos, pero es improbable que ninguna institución acepte un objeto robado.

Yahya, que pertenece al pequeño partido Pacto Democrático, es también alcalde de Beni Enzar, la localidad de 25.000 habitantes pegada a Melilla. Aunque parezca contradictorio copreside además la comisión de amistad de los Senados de España y Marruecos.

En julio de 2008 fue condenado a 15 meses de cárcel en Melilla, donde residía entonces, por resistencia a la autoridad cuando la policía acudió a su casa respondiendo a una llamada de los vecinos que escucharon los gritos de su mujer, que acabó lesionada. Fue absuelto, en cambio, del delito de violencia doméstica.

Yayha no volvió a pisar España, se instaló entonces en Beni Ensar y se fue de vacaciones a Roma. El 4 de agosto de 2008 tuvo una acalorada discusión con su esposa en un restaurante y, al salir a la calle, “agredió sexualmente” a una turista, según la agencia de prensa italiana ANSA. Cuando los carabineros se presentaron en su hotel para detenerle, se enfrentó con ellos a puñetazos.

Fue condenado a 30 meses de cárcel por “rebeldía y lesiones” a funcionario y por violencia de género. Marruecos retiró a su embajador porque Yayha es aforado. Él siempre se ha defendido argumentando que era víctima de complós maquinados por los servicios secretos españoles, italianos etcétera.

El Pais

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