Alrededor de 200 mendigos búlgaros y rumanos en la capital de Finlandia se encuentran de forma permanente. En el verano, el número sube a 500 personas, según las estimaciones de Jarmo Räihä, líder del grupo de trabajo para la mendicidad.
La estimación corresponde a los años anteriores y según el grupo de trabajo, la mayoría de mendigos han estado antes en Helsinki.
"Son sobre todo mujeres que piden por las calles, los hombres se dedican a otras formas de negocio, vender coches, baratijas o hacer de músicos callejeros" dijo Räihä.
Los romaníes tienen condiciones muy débiles para conseguir trabajo en Finlandia. Sobre todo en cuanto a las habilidades lingüísticas, la falta de educación y experiencia. El año pasado se las arreglaron para ofrecer algunos puestos de trabajo temporales para los romaníes, cuando unas 20 personas trabajaron como recolectores de bayas.
Esto es mejor que nada, dice Räihä. Cree que las ventas de puertas este año pueden surgir como un fenómeno nuevo entre los mendigos.
Desde una ciudad desalojada hasta el puerto pesquero, los mendigos viven aquí o allá, en los coches o al aire libre. Algunos pasan la noche al intemperie o en los refugios.
"Nos preguntamos como sobreviven al frío, pero por supuesto ellos viven con el frío incluso en Rumanía. Están acostumbrados a las malas condiciones, dice Marjatta Vesalainen que trabaja en el centro de día de Hirundo.
Hasta ahora, casi exclusivamente los mendigos proceden de Rumanía y Bulgaria, pero en el último año ha aumentado las personas sin hogar que se encuentran desempleadas en sus países de origen.
"Hemos tenido visitantes de Irak, Marruecos y de Túnez. En los últimos tiempos también ha habido europeos del sur". dice Vesalainen
Svenska Yle
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