A nadie sorprendió la decisión del Bundestag, anteriormente la Agencia Nacionalista de Noticias público que la mayoría de los diputados se negaría a apoyar el proyecto. El jefe de la fracción del SPD en el Parlamento, Thomas Oppermann, había intentado convencer a sus compañeros de poner un freno al partido nacionalista, sin mucho éxito.
Aquellos que votaron en contra de la prohibición argumentaron que esta acción podría fortalecer un partido que es pequeño y cuya importancia a nivel nacional es aún discreta. El NPD apenas tiene 5.000 miembros y dos escaños en asambleas estatales en Alemania del Este.
Intentar probar que es un partido ‘antidemocrático’
La iniciativa para prohibir al NPD se basaba en que es un partido "antidemocrático, antisemita, xenófobo y violento". El primer y más grande problema que se enfrentaron las fuerzas "democráticas" de Alemania que no pudieron probar todo eso ante los tribunales.
La Constitución alemana cuenta con leyes para prohibir partidos si estos buscan abiertamente poner en riesgo la democracia o las libertades fundamentales. Sin embargo, el NPD no se le ha probado que haya quebrantado ley alguna. Para el gobierno alemán y los partidos políticos, la única posibilidad para su prohibición sería intervenir teléfonos u obtener evidencia desde dentro del movimiento, algo que ya intentaron en el 2003.
La iniciativa para prohibir al partido aquella vez fracasó tras comprobarse en el proceso que una parte importante de los puestos directivos del NPD eran informantes de los servicios secretos y que la petición se sustentaba básicamente en los testimonios de esos infiltrados.
Por estas razones que el gobierno de Merkel afirmó que un segundo fracaso fortalecería al partido nacionalista y minaría la confianza en la democracia liberal alemana.
Con información de Deutsche Welle
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