Nicolai Sennels: Tuve la idea en febrero del 2008, en el transcurso de una conferencia sobre integración en Copenhague. En mi intervención, subrayé que las personas de cultura musulmana son confrontadas a una dificultad, e incluso a una imposibilidad de integrarse de manera armónica y de realizarse en Dinamarca. Esta declaración fue acogida con fuertes resistencias por los hombres políticos daneses y por mi superior jerárquico de la prisión para jóvenes. Me sorprendió mucho ya que pensaba que decir que ciertas culturas se integran mejor que otras en las sociedades occidentales era una evidencia. Europa entera tiene dificultades para integrar a los musulmanes, y esta empresa parece pertenecer al terreno de lo imposible.
Según la Policía danesa y la Oficina Danesa de la Estadística, más del 70% de todos los crímenes cometidos en la capital danesa son obra de musulmanes. El Banco Nacional ha publicado recientemente un informe según el cual los costos que originan al país un musulmán extranjero se elevan a más de 300.000 euros en concepto de ayudas sociales federales. A lo que hay que añadir otras ayudas sociales de otras clases, por desempleo, por gastos de intérpretes, por clases especiales en las escuelas (el 64% de los niños escolarizados cuyos padres son musulmanes no saben leer ni escribir correctamente en danés después de 10 años de escolarización en una escuela danesa), por la asistencia social, por los policias suplementarios, etc…
Mi intervención ha desembocado en una advertencia legal, una especie de sancción profesional, con la amenaza de que si reitero mis palabras seré despedido. Según las autoridades de Copenhague, parece ser que está permitido declarar que los problemas que enfrentan los musulmanes son causados por la pobreza, los medios de comunicación, la policía, los propios daneses, los políticos, etc. Pero dos cosas no son admitidas: 1) hablar de la importancia de la cultura, 2) evocar la responsabilidad propia de los extranjeros en cuanto a sus dificultades para integrarse en nuestras sociedades.
EuropeNews: Examinemos su libro de cerca. Usted habla de cuatro mitos sobre la integración. El primero trata de la diferencia entre la cultura de los inmigrantes.
Nicolai Sennels: He descubierto que los jóvenes de cultura musulmana tienen otras necesidades en materia de trabajo social que los daneses u otras personas de cultura no musulmana. Entre los musulmanes siempre hay una disproporción extrema en el comportamiento antisocial y antidemocrático. La Oficina Danesa de Estadísticas ha publicado un informe según el cual los ocho primeros lugares en la lista de la criminalidad por país de origen de los criminales corresponden a países musulmanes. Dinamarca está en el noveno puesto.” (En Dinamarca delinquen más los marroquíes, los argelinos, los turcos, etc, que los propios daneses. De manera que si no hubiesen musulmanes en Dinamarca habría que reconvertir el 90% de los agentes de policía en otra cosa, en jardineros por ejemplo).
EuropeNews: Esto significa que debemos tratar a los musulmanes de manera distinta a los no musulmanes?
Nicolai Sennels: Según mi propia experiencia, los musulmanes no comprenden nuestra manera occidental de gestionar los conflictos por el diálogo. Ellos son educados en una cultura que comporta figuras de autoridad y consecuencias externas al individuo muy bien definidas. La tradición occidental, que utiliza el compromiso y la introspección como principales herramientas para tratar los conflictos tanto interiores como exteriores, es considerada como una debilidad en la cultura musulmana. En gran medida, simplemente no comprenden esta manera más suave y más humanistas de tratar los asuntos sociales. En el contexto del trabajo social y de la política, esto significa que el individuo necesita más limitaciones y consecuencias más severas para estar en situación de adaptar su comportamiento.
EuropeNews: Esto nos lleva directamente al segundo mito, ya que se dice a menudo que la criminalidad de los inmigrantes está causada por problemas sociales y no por su origen cultural. En su libro usted se muestra en desacuerdo con esa tesis y señala la religión como fuente de criminalidad entre los musulmanes.
Nicolai Sennels: Yo reformularía sus palabras hablando de la cultura musulmana y no de la religión, ya que hay muchos musulmanes que ignoran lo que está escrito en el Corán y no frecuentan las mezquitas. Pero están fuertemente influenciados en el nivel cultural. Constatamos que la cólera en particular es muy bien aceptada en la cultura musulmana.
En la cultura occidental y en otras culturas no-musulmanas, como en Asia, la agresividad o una súbita explosión de cólera son vistas como comportamientos que lamentamos posteriormente y que nos causará vergüenza. En la cultura musulmana ocurre totalmente lo contrario. Si alguien escarnece vuestro honor, se espera que demostreís vuestra agresividad y que os vengeís tanto verbalmente como físicamente. De esa manera, la agresividad da un estatus inferior en nuestra cultura, pero un estatus más elevado en la cultura musulmana. Pero hay otra razón más profunda para explicar el comportamiento antisocial tan ampliamente difundido en las comunidades musulmanas y la gran resistencia a la integración, y esta es la muy fuerte identificación que los musulmanes tienen de pertenecer a la cultura musulmana.
Mi encuentro con la cultura musulmana ha sido un encuentro con una cultura excesivamente fuerte y muy orgullosa. Es ciertamente una cualidad que puede garantizar la supervivencia de una antigua cultura través del tiempo.Todas las investigaciones de las que disponemos sobre la integración de los musulmanes en las sociedades occidentales indican que seguimos encaminándonos en la dirección equivocada. Desgraciadamente, una cultura fuerte y orgullosa vuelve a sus miembros prácticamente incapaces de adaptarse a otros valores.
Cuando se trata de identidad para los musulmanes, la nacionalidad no cuenta para nada en comparación con la cultura y la religión. De ahí, en consecuencia, una poderosa y creciente oposición a la cultura y los valores occidentales en los ghettos musulmanes de Copenhague y de otras grandes ciudades europeas.
EuropeNews: Como usted ha subrayado, muchos musulmanes tiene un lazo muy fuerte con su identidad religiosa. el tercer mito que usted refuta en su libro concierne el porcentaje de extremistas y de fundamentalistas musulmanes. Presumiblemente este porcentaje sería relativamente bajo. ¿Cual es su experiencia?
Nicolai Sennels: La gente espera que la mayoría de los musulmanes sean modernos y acepten los valores occidentales. Mi experiencia es diferente, y esto ha sido demostrado por las estadísticas que acabo de citar. En febrero del 2008 nos hemos visto confrontados en Dinamarca a gravísimos disturbios protagonizados por jóvenes musulmanes. Estos disturbios eran en parte una reacción a la presión de la policía danesa debida al fuerte aumento de la criminalidad y también en respuesta a la reimpresión de las caricaturas de Mahoma en todos los diários daneses. Esta reedición era un acto de solidaridad con el caricaturista Kurt Westergaard, cuya vida está todavía seriamente amenazada.
En esos disturbios se vío a musulmanes no- practicantes en su vida cotidiana tomar la defensa de su cultura y su religión de una manera muy agresiva. Copenhague estubo cubierta de humo durante una semana a causa de un centenar de incendios, y la policía y los bomberos que trataban de controlar y apaciguar la situación fueron atacados.
Muchos de los protagonistas de los disturbios fueron a parar a la prisión donde trabajaba y tuve la oportunidad de hablar con ellos. Casi la totalidad de ellos eran musulmanes y todos ellos afirmaron que sus actos (provocar incendios, atacar la policía, etc.) estaban justificados poque la sociedad danesa, al aumentar la presión sobre la integración y reimprimiendo las caricaturas de Mahoma hacía prueba de racismo contra el islam y la cultura musulmana. Los escasos daneses que tomaron parte en los disturbios lo habían hecho por motivos completamente distintos. Sus acciones estaban principalmente motivados por la búsqueda de aventura o de emociones fuertes.
EuropeNews: El cuarto mito es que la pobreza de los inmigrantes lleva a una mala situación social. En su libro usted afirma que es lo contrario lo que es verdad.
Nicolai Sennels: Mi experiencia es que la muy débil prioridad concedida a la escolaridad de sus propios hijos, la dejadez en su educación y la falta de motivación para planificar una carrera profesional son importantes factores que conducen a la pobreza. Esos factores son comunes en muchos musulmanes tanto en nuestras sociedades como en los países musulmanes. Además una cuarta parte de los jóvenes musulmanes en Dinamarca tiene antecedentes penales. Una deficiente capacidad para la lectura, una fuerte aversión contra la autoridad y un expediente criminal cargado vuelven difícil la obtención de un empleo bien renumerado. Es el comportamiento asocial que vuelve pobre y no lo contrario.
Desgraciadamente, muchos políticos ven la pobreza como la principal causa de los problemas de integración. Pienso que es un punto de vista horrible y unidimensional acerca de las personas pobres y los individuos en general. La idea de que el comportamiento de las personas está determinado por la cantidad de dinero que tienen en el banco es un punto de vista extemadamente limitado. Como sicólogo diplomado por la Universidad de Copenhague, yo diría que factores mucho más importantes en la vida que el dinero influencian el comportamiento y la manera de pensar de los individuos.
EuropeNews: ¿Cuál es la conclusión de su investigación? ¿La integración de personas de cultura musulmana en las sociedes occidentales es posible?
Nicolai Sennels: Yo diría que los optimistas, las gentes que dicen que la integración es posible cargan con una gran responsabilidad ante el futuro. Es muy posible que estén entreteniendo una esperanza, un sueño sin fundamento en la realidad. Existen excepciones, pero en su mayor parte la integración de los musulmanes no es posible. Personas cualificadas y llenas de compasión trabajan en toda Europa sobre estos problemas para tratar de encontrar soluciones, miles de millones de euros han sido gastados ya en esos proyectos, pero los problemas siguen agravándose.
La explicación sicológica es, en realidad, muy sencilla: las culturas musulmana y occidental son fundamentalmente muy diferentes. Esto significa que los musulmanes deben hacer grandes cambios en su identidad y en sus valores para estar en medida de aceptar los valores de las sociedades occidentales. Cambiar las estructuras básicas de su propia personalidad es un proceso sicológico y emocional extremadamente exigente. Aparentemente, muy pocos musulmanes se sienten motivados para esta empresa.
EuropeNews: ¿Qué vamos a hacer con los musulmanes que ya están entre nosotros?
Nicolai Sennels: En primer lugar, debemos parar inmediatamente toda inmigración de personas provenientes de países musulmanes hacia Europa hasta que hayamos comprobado que la integración de los musulmanes es posible. En segundo lugar, debemos ayudar a los musulmanes que no quieren o no están en situación de integrarse en nuestras sociedades occidentales, a construir un nuevo sentido a sus vidas en una sociedad que ellos comprendan y que les comprendan. Esto significa ayudarlos a empezar una nueva vida en un país musulmán. Tenemos actualmente los medios económicos para hacerlo. Como ya he dicho anteriormente, cada inmigrante proveniente de países musulmanes nos cuesta unos 300.000 euros de promedio. Con este dinero podríamos ayudar a esta gente a vivir una vida feliz en un país musulmán sin tener que integrarse en una sociedad que no comprenden y que por lo tanto no pueden aceptar. No solamente los musulmanes se beneficiarían de esta medidas, sino también las sociedades europeas.
http://www.alertadigital.com/2012/09/15/nicolai-sennels-psicologo-danes-la-integracion-de-los-musulmanes-en-nuestras-sociedades-occidentales-es-imposible/
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