De los 230.000 nuevos puestos de trabajo creados desde 2006, el 70% fueron a parar a un nacido en el extranjero. A los suecos les resulta cada vez más difícil encontrar trabajo en su propio país y es que el empleo de los inmigrantes subvencionados por el Estado es algo que el gobierno parece pensar que está bastante en orden.
Desde Fredrik Reinfeldt asumió el cargo de primer ministro en 2006, ya son 160.000 de un total de 230.000 nuevos empleos en el país los que se han ido a personas de origen extranjero, informa Sveriges Radio. Esto a pesar del hecho de que la tasa de desempleo, por ejemplo, entre los jóvenes suecos ha sido constantemente alto durante a lo largo del tiempo. Más de 100.000 de estos nuevos empleos se han ido a parar a personas con orígenes no europeos y Reinfeldt reconoce que todo es el resultado de sus esfuerzos deliberados por parte del gobierno.
Únicamente 70.000 de estos nuevos puestos de trabajo han ido a parar a personas de origen sueco, y esto no es lo que más le preocupa al Ministro de Integración Erik Ullenhag. Él sostiene que lo importante no es que lo suecos puedan conseguir trabajo, sino que lo más importante son los estaban más alejados del mercado de trabajo, es decir, que los inmigrantes puedan ir a trabajar.
En las redes sociales y foros, la gente no es tan simpática como Reinfeldt y Ullenhag y muchas preguntas se hacen sobre como iba a ser algo positivo que un menor número de suecos consigan trabajo en un país con altas tasas de desempleo. Muchos también se han quejado por el trato preferencial injusto que afecta a los suecos frente a los inmigrantes, donde los empleadores a menudo son subsidiados por el estado y por lo tanto es más barato contratar a un inmigrante que a un sueco.
Realisten
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