La modista progre Elena Benarroch (Tánger, 1955) ejerce de judía sefardí y en su
peletería madrileña lo mismo comercializa las joyas que diseña Felipe González
que crea una fragancia con los aromas que encontró en la botica de Santa María
Novella de Florencia, la perfumería favorita de Hannibal Lecter. Elena Benarroch
no derrocha diplomacia ni simpatía gratuita. Presume que entre sus amigos se
encuentran Juan Gatti, Ángela Navarro, Bibiana Fernández, Rossy de Palma, Loles
León, Martín Chirino o Miguel Ríos.
Tras señalar que “ser judío es una religión y en mi caso una tradición”, Elena Benarroch niega la existencia de un lobby judío en España semejante al de Estados Unidos. “Los judíos se han movido siempre por todo el mundo porque los han echado de todas partes. Cuando llegan a una ciudad lo primero que hacen es mirar a una sinagoga y es ahí donde se les acoge por haber tenido que escapar de algún país. Se crea entonces esa comunidad, esa unión que yo la verdad es que no entiendo como un lobby”.
Sobre el conflicto árabe-israelí, Benarroch dice que la solución pasa por “colocar” a “buenos gestores” al frente de un estado palestino. “Al fin y al cabo, ellos tienen mucho dinero o al menos lo tiene Arabia Saudí, que son sus hermanos árabes. Lo único que sospecho es que con esta solución bajaría el precio del petróleo. En el conflicto de Oriente Medio hay un problema de fondo más financiero que de enconamiento. Los palestinos sólo necesitan un buen gestor que se haga con el estado palestino y los ponga a trabajar”.
Otra de las perlas de la entrevista concedida por la peletera sefardí al rotativo malagueño es su declaración de amistad al expresidente socialista Felipe González. “Soy una privilegiada teniendo a Felipe González como amigo”, declara.
Alerta Digital
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