martes, 6 de agosto de 2013

Moldavia y Lituania prohíben por ley la propaganda homosexual

Protesta en Kiev, Ucrania
Los países de Europa del este están siguiendo el ejemplo de Rusia para proteger a los niños conteniendo la promoción de actos sexuales «no tradicionales». Los grupos homosexuales están reaccionando con furia.

El mes pasado, Moldavia aprobó una ley que prohíbe la distribución de información «cuyo objetivo sea la propagación de la prostitución, la pedofilia, la pornografría o cualquier relación que no pertenezca al matrimonio o la familia». Recientemente, Lituania adoptó una ley similar y, según informes, la legislatura de Ucrania estaría considerando lo mismo.

El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, ha rechazado públicamente las presiones e ingerencias exteriores y se compromete con la defensa del matrimonio y la familia. Recientemente, el reconocido cineasta Nikita Mijalkov ha sido objeto de toda clase de descalificaciones por parte de los que tratan de imponer el pensamiento único al señalar que el pseudomatrimonio gay "es un problema de autoexterminio de la humanidad" informa HazteOir

Las leyes están diseñadas para proteger a los menores de información gráfica que podría llevarlos a tomar decisiones dañinas a una edad delicada. La ley, aprobada en Rusia en junio, estipula una multa para las personas y organizaciones que promuevan conductas sexuales «no tradicionales» entre los niños.

Los grupos homosexuales, como Human Rights Watch, dicen que estas leyes violan normas internacionales y europeas sobre los derechos humanos. Los defensores afirman que las leyes están diseñadas al detalle y solo limitan la libertad de expresión en tanto es necesario para proteger a los niños.

La homosexualidad no ha sido criminalizada en Rusia o los países de Europa del Este, como sucedió bajo el comunismo. Pero los ciudadanos temen presentar bajo una luz favorable estilos de vida que no son saludables sin considerar el efecto que podrían tener en los menores.

El estilo de vida homosexual, en particular, está asociado con múltiples riesgos de salud. Quienes se involucran en actividades homosexuales corren un riesgo 18 veces mayor de contraer VIH/SIDA. Están más expuestos a otras enfermedades de transmisión sexual, abuso de sustancias, depresión y suicidio.

Estas leyes han estado en vigencia en algunos estados de Rusia durante casi diez años. Las legislaturas nacionales comenzaron a aprobarlas este año, después de que el presidente Obama ordenara a todos los organismos de los EE.UU. involucrados con asuntos exteriores que promovieran los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero, y creó un fondo para grupos LGBT extranjeros para que hicieran campaña dentro de sus países. Al mismo tiempo, el primer ministro británico, David Cameron, amenazó con reducir las ayudas económicas a aquellos países que tuvieran leyes que penalizaran la sodomía.

Associated Press y otros medios llaman estas nuevas leyes «anti-gay». La semana última, un editorial del New York Times comparó al presidente ruso, Vladimir Putin, con Adolf Hitler. Los activistas homosexuales están alentando a los ciudadanos a boicotear los XXII Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, Rusia.

Los activistas que intentan explotar las opiniones antirreligiosas en Occidente han culpado a la Iglesia Ortodoxa Rusa por promover estas leyes. Pero la creciente influencia de la Iglesia Ortodoxa, aunque significativa, no es suficiente para explicar la rápida sanción de estas leyes donde gozan de apoyo popular. En Rusia, una reciente encuesta de Pew Research, determinó que solo el 16% cree que la homosexualidad debería ser socialmente aceptable.

Rusia aprobó esta ley nacional a pesar de que expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas condenaran una ley regional similar este mismo año. En junio, el Consejo de Europa expresó su preocupación por la nueva ley rusa, en especial por su efecto en los eventos del Orgullo Gay. Estos eventos son conocidos por las demostraciones de simulación de actos sexuales y sadomasoquistas.

Los intentos de utilizar la presión internacional no han disuadido a los países vecinos de considerar y adoptar leyes similares a la de Rusia.

Algunos intrépidos activistas homosexuales deberán enfrentar las consecuencias de viajar a Rusia para burlar la ley.

C-FAM

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