El país se enfrenta a décadas de problemas demográficos agudos. El problemas demográfico se crea por el aumento desproporcionado o por una disminución de la población de un país, sin la influencia de factores externos, como guerras, epidemias, etc. Un lugar que tiene una disminución de la población nunca se contempla que se vaya a desarrollar.
Los nacimientos han disminuido drásticamente desde 1950, llegando a nacer 150.000 niños en 1980, en 1990 unos 100.000 y en 1998, 96.350. Hoy aún es más dramática la situación.
Los estudiantes de primaria en 1992/93 fue de 780.772 y entre 1997/98 eran de 645.528, hoy en día aún menos. En 1990 la tasa de fertilidad era de 1,42 y en la actualidad es de 1 a 1,3 para cada madre.
La disminución de la fertilidad, sin duda ensombrece a la nupcialidad. Otra causa importante de la disminución de la fecundidad es la avalancha de divorcios en nuestro país. De 100 bodas al año que tuvimos en la década de 1950, se producían 5 divorcios. En las décadas 70,80 y 90 aumento ese número de divorcios con 6.1, 10.6 y 13 divorcios respectivamente. Investigaciones recientes han demostrado que de 100 bodas, se disuelven 21 matrimonios. Las consecuencias demográficas son devastadores debido a la disolución de los matrimonios, ya que estos hecho se producen antes de la finalización del periodo de reproducción.
La población total ya está en el orden de 10 a 12 millones. Después se espera que este pequeño aumento disminuya en lugar de aumentar. Lo que es particularmente preocupante es la composición de la población por edad, que continuará el proceso de envejecimiento y en el 2020 los mayores de 65 años le habrán superado el 20% de la población total, mientras que eran el 14% en 1991, así como se espera que caiga la de los niños hasta llegar al 17%, por debajo del nivel actual del 19%. Este fenómeno de rápido envejecimiento de la población sólo se podría resolver a través de drásticas medidas para la recuperación de la fertilidad, donde podría ser revocada.
Thermopilai
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