Unos 5000 presos en las cárceles belgas son musulmanes. Esto representa el 45% de la población carcelaria. Una situación que impone limitaciones a la organización en las cárceles.
En la prisión de Forest, se decidió no servir comidas que contengan carne de cerdo, debido a que el 80% de los reclusos son musulmanes y de hecho se niegan a comer carne de cerdo.
Pero hay otros inconvenientes por esta gran población que practica el islam. Los presos se niegan a obedecer a los guardias porque estas son mujeres, como también intentan transformar algunos lugares comunes en lugares de culto.
Y luego están los peligros del radicalismo en la cárcel. El Ejecutivo de los Musulmanes de Bélgica advierte sobre el riesgo del radicalismo y solicita que se pueda regular la práctica de la religión para que los extremistas no tengan oportunidad de impulsar un islam fundamentalista.
Sudinfo
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