Los soldados alemanes desplegados en Turquía ya no soportan más las novatadas infligidas por los aliados otomanos. Estacionados en la ciudad de Kahramanmaras en el sur, a petición de Ankara, en el marco de la misión de la OTAN para proteger la frontera turca contra posibles ataques con misiles sirios, los soldados alemanes están sufriendo intimidación y humillación desde su llegada allí hace un mes. Berlín intenta calmar la situación tras un informe parlamentario alemán que hace hincapié en las dificultades que están pasando las tropas alemanas en el acto.
Durante su visita a Turquía la semana pasada, la canciller alemana, había dicho que la misión de la OTAN era un ejemplo de cooperación germano-turco, un fortalecimiento de la amistad entre los dos países. Sin embargo, según el informe sobre el ejercito por el parlamentario alemán Helmut Königshaus (FDP), encargado de velar por los derechos de los soldados, dice que las fuerzas alemanas estaban lejos de ser bienvenidas a Turquía. Considera que "la cooperación con las autoridades turcas es un problema en conjunto" y pide "medidas inmediatas".
Acostumbrados a una limpieza impecable, incluso cuando se trabaja en condiciones difíciles, como en Afganistán, las tropas alemanas se horrorizaron al descubrir el estado de sus cuarteles que ha reservado el ejército turco. Según un informe, en el cuartel había excrementos que llegaban incluso hasta las rodillas. El estado deplorable de los dormitorios ha obligado que unos 280 soldados se alojasen en hoteles.
La tensión alcanzó su punto máximo a finales de febrero, durante la visita del ministro de defensa alemán Thomas de Maiziere, argumentando que los soldados turcos estaban obligando a las fuerzas alemanas a quitar todas las banderas de Alemania y las pancartas con los nombres de las ciudades alemanas.
En el mismo cuartel, un general turco al mando del campamento, empujó a una soldado de la policía militar alemana que había bloqueado su coche para que pasara el convoy del ministro alemán. De acuerdo con un informe médico, la mujer habría sufrido varios golpes y solo la intervención enérgica de los soldados alemanes la salvaron de una paliza.
Reconociendo una "situación difícil", el Ministro de Defensa alemán intentó atemperar citando "diferencias culturales" y diciendo que Ankara está hacinedo todo lo posible para mejorar la recepción de las fuerzas alemanas. En febrero, un grupo de cinco soldados de la Bundeswehr habían sido atacados por manifestantes nacionalistas turcos mientras estaban de compras en un mercado.
Los incidentes ilustran las relaciones especialmente sensibles entre Turquía y Alemania. En 2005, Turquía inició las negociaciones de adhesión con la UE, pero el proceso pátina, principalmente debido a la oposición de Alemania. Según Berlín, Ankara no cumple con los criterios para ser miembro de la Unión Europea. Un obstáculo está relacionado con la cuestión de Chipre, que el ejército turco ocupa la parte norte desde 1974.
Le Figaro
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