El uso de imágenes tomadas por cámaras de vigilancia ayudó a identificar a Davide Ingodi Olusi, sacerdote de 41 años, originarios de Kenia pero su sede encontrada en Roma, que fue el anfitrión de la parroquia tres veces en mayo de 2012, en septiembre y octubre en el 2012 y finalmente del 10 al 23 de abril de 2013. El sacerdote, arcipreste Salvatore Danzi, es un anciano y el padre Olusi, que pertenece a la congregación de los Hijos de Santa Ana, se había ofrecido para sustituirlo, sobre todo para bendecir las casas de los fieles. Fue popular entre ellos y ganó la confianza incondicional del sacerdote.
En la noche del 22 de abril, la víspera de su partida, la lujuria quizás atraída por la tradicional procesión de la octava de Pascua, donde desfilaron las estatuas vestidas con sus ornamentos, el keniano se introdujo en la tesorería de la Iglesia, después de intentar torpemente bloquear las cámaras. Un examen de su cuenta bancaria mostró que pocos días después de su regreso a Roma, hizo una serie de pagos en efectivo, y luego hizo una transferencia de 40.000 euros en beneficio de un miembro de su familia en Kenia.

En una larga carta a los fieles, que se hizo público, el arcipreste Danzi dice en detalle los acontecimientos, la llegada del Padre Olusi recomendado por una monja de la ciudad, la hospitalidad con la que había sido concedido, cómo la parroquia había pagado todos los gastos de transporte de Roma, añadiendo 100 euros para su recién reciente viaje, "más ofrendas recogidas durante la bendición de las casas".
El arcipreste señaló además que es sobrino de un ministro keniano. Danzi llamó a las fuerzas kenianas para revelar la identidad de las personas a quien vendió los objetos sagrados, con la esperanza de que se puedan encontrar. También afirmó que el sacerdote sacrílego fue reducido al estado laical y que "después de haber cumplido su condena, regresó a África para cuidar a los leprosos".
Resto de la información: Novopress
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