sábado, 23 de marzo de 2013

El salvador ruso se toma su tiempo


Rusia, como poseedora de una gran parte del dinero depositado en la isla y tras ser solicitada su ayuda por parte de Nicosia, pone sus condiciones. Entre ellas figura la negativa a que sus empresas sean tasadas o a asumir las pérdidas de los bancos chipriotas. Y permanece a la espera de un gesto de los europeos. Extractos.

El Kremlin acaba de responder en su solapada confrontación con la Unión Europea. La UE ha estado a punto de convencer a Chipre de que aplique un impuesto confiscatorio que habría perjudicado a las empresas públicas rusas. Ahora ya no es posible plantearse una salida sencilla o sin demasiadas pérdidas. Y la falta de diligencia por parte de Rusia para proponer una nueva ayuda a Chipre constituye un medio sencillo de presionar a Europa.

Chipre espera una ayuda de Moscú a cambio de ciertas “ventajas” para la economía rusa. Michalis Sarris, ministro chipriota de Finanzas, destacó que no había acudido a Moscú con las manos vacías [el 20 de marzo]. Llegó para exponer las posibilidades que se le planteaban a Rusia si ayudaba a su isla. La lista incluye una participación en el sistema bancario y en la explotación del gas. Lo que pide Chipre no es un crédito, sino la conclusión de una transacción supuestamente rentable para ambas partes.

Las abruptas declaraciones de Moscú

Pero Rusia ahora parece que quiere tomarse su tiempo. Andrei Kostine, director del banco VTB [Vnechtorgbank], principal víctima de la crisis chipriota, anunció que su entidad no estaba interesada en absoluto en la compra de activos bancarios de la isla: “En Chipre hay dos bancos en una situación crítica y que necesitan sanearse. Sería absurdo pretender que estuviéramos interesados en ellos. Nuestro único interés es recuperar lo antes posible la facultad de realizar los pagos y de gestionar las cuentas de nuestros clientes”. Y añade que su banco tendrá que “detener su actividad y simple y llanamente abandonar el mercado chipriota” en caso de que se tomen “decisiones dictadas por la política y que infrinjan la ley”.

La víspera, en una entrevista a los medios de comunicación europeos, el primer ministro Dimitri Medvedev había declarado que en Chipre se habían bloqueado las actividades de los grandes bancos y empresas rusas con participación estatal, si bien no tenían ningún problema contable ni fiscal. Así es como explicó las abruptas declaraciones de Moscú. De paso, confirmaba que el paraíso fiscal chipriota no atraía únicamente al sector privado ruso, sino también a las empresas públicas. El primer ministro añadió que Rusia podría plantearse apoyar a Chipre una vez que la UE hubiera propuesto su propio conjunto de medidas para combatir la crisis.

Rusia ha hecho una pausa. Parece que no sabe cómo salir de esta crisis lo más indemne posible y por ello ha decidido vengarse de la UE adoptando una posición de espera, porque si Moscú se retira, Europa no tendrá que encontrar 10.000 millones de euros para salvar a Chipre, sino la totalidad de la suma necesaria, es decir, 17.000 millones.

Como un insulto personal

Enfrentados a este cara a cara geopolítico, algunos altos funcionarios europeos han intentando suavizar sus declaraciones. José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión, alegó que era muy tarde durante la reunión de los ministros de Finanzas europeos, con lo que la decisión se pospuso al sábado por la mañana. Esto es lo que habría impedido prevenir a Moscú.

El tono de Europa es de sosiego, aunque no es algo que se traduzca en sus actos. A partir del lunes, el suministro a Chipre de dinero líquido por parte del BCE podría interrumpirse, lo que dejaría sin fuerzas a toda la economía de la isla. Ayer, una fuente europea anónima amenazó a los bancos chipriotas con la liquidación si no se llegaba a ningún acuerdo acerca del impuesto sobre los depósitos. Esto llevó al New York Post a calificar el enfrentamiento entre Rusia y la UE de batalla épica entre el presidente Putin y la canciller alemana Angela Merkel. Visto desde el extranjero, Putin habría interpretado el impuesto confiscatorio del Eurogrupo como un insulto personal.

Los expertos confirman que la isla no está en condiciones de hacer una propuesta realmente ventajosa a Moscú. “Para la economía rusa, el único interés en Chipre residía en el uso que hacía de la isla antes, es decir, una plataforma financiera que escapaba a la legislación rusa, pero razonablemente sólida y previsible. Desde la perspectiva del inversor, Chipre como país no es mejor que cualquier otro Estado políticamente estable del Mediterráneo Oriental”, comenta Viktor Koukharski, director general del grupo Razvitié. No obstante, señala que, si los bancos chipriotas han amasado fortunas procedentes de Rusia, han acumulado aún más dinero procedente de Inglaterra. “Alemania ha decidido recuperar una parte de estos depósitos secretos para echarlos a la hucha europea”, sospecha Koukharski. Pero eso sería un escándalo.

presseurop

Fuente original: Nezavissimaïa Gazeta 

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