Embarco de los Moriscos en Denia, obra de 1612 de Vicente Mestre |
Los descendientes de los moriscos que fueron expulsados de España a principios del siglo XVII reclaman de España el mismo trato que recibirán los sefardís y, por tanto, poder acceder a la nacionalidad española, tal y como prevé para los sefardís una reforma del Código Penal anunciada el pasado día 7, o al menos disfrutar de los mismos privilegios en los trámites de que gozan los ciudadanos de algunos países.
Hoy residen en diversos estados africanos, fundamentalmente en Marruecos pero también en Túnez, Mali o Mauritania, así como en Turquía, pero no hay estimaciones fidedignas de cuántos pueden ser.
Los moriscos fueron los musulmanes que se convirtieron forzosamente al cristianismo tras la toma de Granada pero que, en su gran mayoría, hablaban habitualmente el árabe y mantenían las tradiciones culturales y religiosas del islam.
La diáspora empezó mucho antes, pero culminó entre 1609 y 1613, cuando una orden del rey Felipe III dictó su expulsión definitiva. En total, se fueron unas 300.000 personas, especialmente de Valencia, Aragón, Murcia y Andalucía. En Valencia eran tan abundantes que su expulsión ocasionó una crisis agraria.
Decisión "Racista"
Bayib Loubaris, presidente de la Asociación Memoria de los Andalusís, asegura: “El Estado español, al igual que ha anunciado el derecho de los judíos sefardís a la nacionalidad española, debería reconocer el mismo derecho para el resto de expulsados, los moriscos: de lo contrario, su decisión sería selectiva, por no decir racista”.
Los sefardís fueron expulsados de España por un edicto de 1492 que les obligó a convertirse al cristianismo o a exiliarse en un plazo de tres meses. Actualmente son unos dos millones, con grandes comunidades en Israel y, en menor medida, en Francia, Argentina o Brasil.
Aunque no cuentan con una lengua como el sefardí (ladino), derivada del castellano, los moriscos de Marruecos sí mantuvieron algunos apellidos de herencia hispánica, empezando por el propio Loubaris (de Olivares), Torres, Mulin (Molina) o Buono (Bueno), así como un estilo de vida que aún hoy es reconocible en la vestimenta, las tradiciones culinarias y la música.
Como los sefardís, algunos conservan incluso las llaves de las casas que sus antepasados ocuparon en Granada, Murcia, Denia o Gandía. Hoy en día constituyen cientos de familias en Tetuán, Rabat y Fez, ciudades donde se convirtieron pronto en la aristocracia urbana.
De acuerdo con el anteproyecto presentado por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, la reforma del Código Penal permitirá acceder a la nacionalidad a “aquellos ciudadanos extranjeros sefardís que prueben dicha condición y su especial vinculación con nuestro país, aun cuando no tengan residencia legal en España, cualquiera que sea su ideología, religión o creencias”.
Memoria Histórica
La reforma les permitirá pedir la nacionalidad española sin que pierdan la suya de origen, lo cual parece difícil para los moriscos de origen marroquí, ya que no hay convenio de doble nacionalidad con Marruecos.
Loubaris precisa que la exigencia de la nacionalidad no aparece como prioridad máxima de su asociación, pero reconoce que algunos de sus miembros llegaron a mandar una carta al rey Juan Carlos para solicitar su derecho a ser españoles.
El Periódico de Aragón
Y seria lo lógico, ya que hicieron esa payasada con los judíos.
ResponderEliminarY los próximos en solicitarlo serán los indígenas de sudamerica. Si es que España es un chollo para todo...
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