Monza (Novopress) - Esta es una historia de amor, como las que existe hoy en día. Una historia de amor globalizado. Ella, una italiana de 30 años de edad oriunda de Milán, se había ido de vacaciones a la isla de Cabo Verde. El mar, la arena caliente, "la música mixta"... lo que promete las agencias de viajes, en su totalidad o media palabra.
Ella había conocido a un caboverdiano dos años mayor que ella, se habían casado allí y se fueron de vuelta a Italia. Ellos se habían asentado en su casa en Monza, Lombardía. Tuvieron una hija que ahora tiene diez meses.
Pero la mujer había tenido suficiente. El caboverdiano no había logrado encontrar trabajo. El hombre golpeaba a la mujer con frecuencia, en presencia de su hija. Ella decidió dejarlo, y comenzó el proceso de divorcio para terminar volviendo a vivir con sus padres. Pero él "nunca se resignó a la idea de desaparecer de la historia. Días tras día, trató de convencerla para volver sobre sus pasos".
Un sábado, después de pasar la noche en el bar, se fue a casa de los padres de la mujer por la mañana. Fue entonces cuando comenzó a pegarla. Él la amenazó con un cuchillo de cocina y le cortó en el brazo. Por último, saltó sobre ella y le arrancó con los dientes un trozo de la oreja izquierda.
El padre de la mujer, despertado por los gritos, llamó a los carabineros. El caboverdiano fue detenido y llevado a una prisión de Monza, por asalto y lesiones hacia la mujer. La italiana fue llevada al hospital, donde los médicos esperaban hacer la reconstrucción de la oreja. Sin embargo, la lesión resultó ser demasiado sería como para realizar la reconstrucción: el daño es irreparable. El caboverdiano, ahora deberá ser juzgado por asalto con agravante de lesiones permanente, enfrentándose a doce años de prisión.
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