Más de la mitad de los alemanes encuestados en un sondeo de choque dicen que "no hay lugar para el Islam" en el sistema político de su nación.
Los resultados apuntan a un cambio de actitud dramática de la población del país hacia la religión en el último año, que ha visto la llegada de más de un millón de inmigrantes.
En enero, el 37 por ciento de las personas dijo que el Islam tenía un lugar en Alemania, pero esto se ha reducido a sólo el 22 por ciento, según los datos difundidos por el periódico Bild.
Mientras tanto, el 60 por ciento de los votantes dijo que "no hay lugar para el Islam" en la política alemana.
Las actitudes hacia la religión parecen reflejar el miedo de la llamada islamización - con el 46 por ciento de los alemanes diciendo que estaban preocupados de que su país sería tomado por los defensores del Islam político.
Viene después de que Alternativa para Alemania (AFD) lanzara su programa electoral llamando a prohibir el burka y reivindicar que el Islam "no es parte de Alemania".
El manifiesto, titulado "El Islam no es parte de Alemania", se acordó en una votación de alrededor de 2.400 miembros del partido.
Los resultados llegan en medio de un debate cada vez más fragmentando del islamismo radical en Alemania, provocada por la política de asilo del siniestro puertas abiertas de Angela Merkel.
Esto ha empujado a los votantes al abrazo de los derechistas como el anti-inmigrante partido AfD que obtuvieron un respaldo abrumador en las elecciones regionales en marzo y que ahora amenaza a los conservadores de la CDU de Merkel en las elecciones generales en el otoño del próximo año.
Las encuestas de opinión impactantes entregan un duro golpe a la canciller alemana, tal como fue revelado a los conservadores de Merkel, que perdió en dos de cada tres elecciones estatales.
Los alemanes parecen estar castigando a su política de refugiados acomodativa.
Más de 1,1 millones de inmigrantes entraron en Alemania el año pasado 2015, con la mayor parte procedentes de Oriente Medio y el Norte de África.
Pero el agarre de Merkel en el poder es cada vez más débil, con la rebelión en todo el país en contra de sus políticas polémicas de inmigración.
Ella ha reprendido constantemente a otros estados de la UE por introducir controles exhaustivos en las fronteras para llevar el flujo migratorio bajo control, desde que se comprometiera el pasado verano el recibir a todos los sirios con los brazos abiertos.
Pero las grietas siguen apareciendo y los miembros de su propio movimiento están comenzando a cuestionar abiertamente su postura sobre la inmigración tras los terribles actos sexuales Colonia, obligándola a retroceder.
Daily Express
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