sábado, 29 de marzo de 2014

Ampliar las sanciones de la Unión Europea sobre Rusia podría perjudicar a la economía de Europa

Angela Merkel, en una cumbre de la Unión Europea
en marzo de 2014 donde se debatieron las sanciones
La industria del automóvil alemana, el sector de lujo italiano, las empresas europeas temen la reacción de las sanciones económicas contra Rusia.

Los diplomáticos europeos que planean endurecer las sanciones contra las élites políticas y financieras rusas se enfrentan a un gran problema: estas medidas pueden así ser contraproducentes contra la economía de su país.

La industria automovilística de Alemania, el sector de la moda de Italia, los servicios financieros de Londres y el turismo de Grecia, son una economía en la región mucho más dependiente de Rusia que en Estados Unidos.

Después de varios años de recesión, el comercio, la industria y los servicios en Europa siguen siendo muy vulnerables. Además, miles de millones de dólares en inversión extranjera en Rusia podrían peligrar si ese país toma represalias por las sanciones.

"La diplomacia entre el Este y Occidente (durante la Guerra Fría), se basó en el principio de que la dependencia mutua genera más moderación y obliga a ambas partes a respetar ciertos límites" dijo el ex embajador americano James Collins en Rusia. "Hoy hemos llegado a esta interdependencia y de los límites que no debe rebasar también son válidas para Europa y el Reino Unido. Ahí está el dilema".

En Alemania, el principal socio comercial europeo de Rusia y país con una gran población inmigrante de origen ruso, la industria podría sufrir si se aplica más sanciones estrictas. Los jefes del sector de la automoción, que han invertido miles de millones de euros en Rusia en los últimos años, desean que las tensiones desaparezcan rápidamente. En noviembre pasado, el presidente del consejo de administración de Volkswagen, Martin Winterkorn, había llamado a Rusia su "primer mercado de crecimiento estratégico en Europa" para su empresa.

En Italia, los rusos con las mayores fortunas son los que reactivan el sector de lujo, mientras que los italianos reducen en gran medida sus propios gastos: esto hace que el 30% de las compras efectuadas en 2012 por los turistas no europeos fueran hechas por los rusos, según la asociación Altagamma y la compañía de devolución de impuestos Global Blue. En comparación, los rusos representan solo el 11% de las compras de artículos de lujo en Francia y el 5% en el Reino Unido.

Nuevas sanciones o no, los mercados de divisas ya se desestabilizan. En los países mediterráneos, los profesionales del turismo se ven amenazados por la inestabilidad del rublo. En cuanto a Grecia, Rusia es un motor clave para su turismo, un sector en el que el gobierno depende en gran medida para apoyar la frágil recuperación económica. El año pasado, más de 18 millones de visitantes llegaron a Grecia, y 1,3 millones eran rusos. Este año los profesionales esperan recibir solamente 1 millón, debido en particular a la devaluación del rublo.

Los hoteles de Benidorm, una ciudad turística de España en la provincia de Alicante es muy popular entre los rusos, pero existe un temor de perder a sus clientes por destinos más asequibles, como Turquía y Egipto, un país cuya moneda es más débil que el euro. "La caída del rublo y la desaceleración económica nos preocupa más que la anexión de Crimea", bromeó el alcalde, Antonio Mayor, director de la asociación de Hoteles de Hosbec. Las propiedades inmobiliarias representan otro riesgo para España. En los últimos años, los rusos han estado comprando segundas residencias en la costa mediterránea. Pero las incertidumbres políticas han llevado a los posibles compradores a retrasar sus compras, a la espera de que el rublo se estabilice, dice Iain Tozer, director de Seabestland Real Estate, una agencia inmobiliaria especializada en la clientela internacional.

En Europa del Este, países como la República Checa y Hungría han apoyado públicamente sanciones limitadas y dirigidas, como la congelación de activos y visados a los cercanos al presidente Putin. Pero debido a su dependencia energética de Rusia, no quieren ir más allá. "No podemos imponer sanciones económicas que podrían tener un impacto importante sin un análisis exhaustivo del impacto de posibles represalias de Rusia", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Hungría, Janos Martonyi.

Por su parte, las industrias implantadas en Rusia se toman muy en serio las amenazas de Moscú. En el pasado, Rusia no ha dudado en nacionalizar las empresas bajo control extranjero y haciendo caso omiso de los derechos de los accionistas minoritarios.

Wintershall, filial de BASF y principal productor de gas y petróleo de Alemania, tiene participación en dos grandes campos de gas en Siberia occidental y es parte de consorcios que operan o construyen gasoductos que unen Rusia y Europa. Sin embargo, Moscú tiene muchas maneras de hacer caer la rentabilidad de estas inversiones, como la invocación de las infracciones de impuestos o la legislación ambiental, dice Thomas Kästner, consultor de Ernst & Young en Alemania. "En el peor de los casos, las empresas preocupadas deben renunciar a estos activos."

Pero las tensiones con Rusia también son felices: los abogados de Londres cobran directamente por la multinacional de la que evalua el impacto de las posibles sanciones en su estrategia. Alrededor del 10% del PIB en el Reino Unido son de hecho de los servicios financieros y bancarios. "Las sanciones siempre tienen un impacto negativo y mantienen una incertidumbre perjudicial" explica Sergei Ostrovsky, de la firma de abogados Ashurst LLP. En realidad, el sector empresarial de Rusia y Londres están tan entrelazados que sería difícil restringir el acceso al mercado financiero ruso o aislarlos".

The Wall Street Journal

1 comentario:

  1. Los ciudadanos europeos parece ser, que ya están medio abriendo los ojos, de que el $ion tienen mas influencia en Europa, de que su ceguera ocular les privaba de visualizar esta amenaza que ya veníamos denunciando desde de tiempos muy remotos...
    Por eso los del pueblo elegido, se están tambaleando porque su monto de corromper y degenerar al viejo continente ya no se ve tan sostenible, por lo menos parece ser que en el este europeo, aun preservan y defienden su identidades y costumbres, no puedo decir lo mismo de la parte occidental donde esta todo consumido por la estupidez e ignorancia... Y eso entristece la verdad!!

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