miércoles, 28 de enero de 2015

El 51% de los inmigrantes en España son parados de larga duración

La crisis económica ha erosionado las condiciones laborales y de vida de los trabajadores inmigrantes mucho más de lo que lo ha hecho con los autóctonos, de modo que cuando termine la actual depresión económica será mucho más difícil de lo que ha sido hasta ahora la recalificación profesional e integración laboral.

Esta es una conclusión del estudio "Crisis, Empleo e inmigración en España. Un análisis de las Trayectorias laborales", que ha sido realizado por el Centro de Estudios Sociológicos sobre la Vida Cotidiana y el Trabajo (Quit) de la UAB, estudio que ha contado con el apoyo de la Obra Social de La Caixa.

El trabajo, que se editará en libro, constata que la lenta convergencia que en la época de bonanza económica se había producido entre las condiciones laborales de los trabajadores autóctonos y los inmigrantes ha dado marcha atrás. "Se trata de un trabajo que, de alguna manera es continuación de otro que hicimos hace dos años y que marcaba un cierto acercamiento entre en el ámbito laboral entre los trabajadores inmigrantes y los autóctonos" explica, Oscar Molina, uno de sus autores.

Según las conclusiones del estudio, "se ha producido una erosión muy fuerte de las condiciones de trabajo que tienen las personas extranjeras, de forma que existe un peligro claro de estigmatización en caso de que esta distancia se mantenga o aumente, dice Molina.

El trabajo compara la situación de los trabajadores extranjeros con la de los autóctonos. De ella surgen datos significativos. Por ejemplo, el desempleo de larga duración afecta en un 51,4% a los trabajadores inmigrantes, mientras que entre los autóctonos llega el 34,7%.

"En el estudio hemos querido hilar fino y se ha mirado si el deterioro laboral afecta igual a hombres o mujeres", dice Molina. El resultado es que las mujeres han sufrido menos el paro, y por lo tanto el deterioro de su situación económica. Esto se debe a que las mujeres inmigrantes suelen trabajar en el sector servicios "y especialmente en el ámbito de la atención a las personas" y este tipo de trabajos se ha mantenido más que los de tipo industrial, dice Molina. Sin embargo los salarios se han deteriorado también en este segmento de actividad.

Marroquíes y rumanos

La crisis no ha afectado igual a todos los inmigrantes. Los que lo pasan peor, según el estudio son los marroquíes, seguidos de los rumanos. Las razones de esta situación son la baja calificación de estas colectivos, donde había muchos trabajadores en el ámbito de la construcción, que por otra parte son los mayoritarios entre los parados de larga duración.

Los que mejor resisten la crisis son los inmigrantes de origen sudamericano y, entre éstos, los peruanos. La razón que explicaría esta situación es doble. Por un lado, genérica, vinculada con la facilidad de integración que supone tener una lengua y culturas semejantes. Pero hay una segunda explicación y esta es "que este grupo fue de los que emigró a España hace más tiempo, y están más asentados. Y en segundo lugar en el componente femenino de esta primera emigración, que por un lado tenía un nivel cultural y profesional medio - alto, lo que ha facilitado la creación de redes sociales y familiares que han amortiguado un poco los efectos de la crisis”, dice Molina. Los argentinos siguen en la clasificación de los trabajadores que mejor soportan el estancamiento económico.

El trabajo destaca también que se ha producido una polarización entre autóctonos e inmigrantes en el mercado de trabajo. En el sector de mejor trabajo está el 48 por ciento de los trabajadores locales, mientras que el 52 por ciento de los inmigrados se caracteriza por estar o parado o en trabajos con peores condiciones laborales y pocas expectativas de movilidad ascendente.

Alternativas, retorno o trabajo informal

Los trabajadores extranjeros han reaccionado a la crisis con dos estrategias. Una es, en función de las posibilidades, el retorno a sus países de origen, lo que ha pasado especialmente con los ecuatorianos. Los que han permanecido en España, hayan perdido el trabajo o no, han visto cómo se deterioraban sus condiciones laborales y económicas. Para mantener sus condiciones de vida ha tenido que aceptar trabajos con salarios inferiores o intentar encontrar nuevos trabajos desplazándose por el territorio. Los que se han podido recolocar lo han hecho en trabajos peores y mayoritariamente temporales.

El hecho de que se acepten condiciones salariales menores tiene como explicación el temor de los inmigrantes a quedar fuera de la Seguridad Social y entrar en la economía informal, lo que podría poner en peligro la estancia legal en el país. El estudio constata la necesidad de desarrollar nuevas políticas de empleo sobre el colectivo inmigrante que permitan el mantenimiento de rentas y la formación, si bien los investigadores lamentan que el actual escenario va en sentido contrario por la disminución de tasas de cobertura de la prestación y subsidios por desempleo, y las políticas activas con un menor financiación.

Si no se aplican políticas activas que recuperen la actividad de los trabajadores inmigrados, los autores del estudio creen que el problema se puede enquistar porque con el paro de larga duración se pierden aceleradamente las competencias profesionales, lo que haría más difícil la reincorporación al trabajo activo, y todo ello produciría un efecto de estigmatitzación y de aislamiento social muy indeseable.

Cae la población de origen extranjero en Catalunya

Por otra parte, en Cataluña la crisis ha supuesto una fuerte caída del empleo entre la población extranjera en edad de trabajar, según un estudio realizado por el Centro de Estudios e Investigación Sindicales (CERES) de CCOO correspondiente a 2014.

Con datos de 2014 se ha producido en Cataluña una reducción de 72.496 empadronados extranjeros, un 6,3% en términos relativos. Se trata de la reducción más importante producida hasta el momento.

Esta importante reducción de empadronados de nacionalidad extranjera se explica, en buena parte, por el muy fuerte incremento de las concesiones de nacionalidad durante el año 2013, que casi triplican las del año anterior. Hay que aclarar, sin embargo, que las razones de este gran incremento de las nacionalizaciones son de tipo administrativo. En 2013 se han aprobado muchas solicitudes el proceso de las que había estado detenido entre el 2010 y el 2012. El dato de 2013 es, pues, el resultado de la acumulación de expedientes, muchos de los cuales, en caso de haber seguido los plazos previstos, se hubieran resuelto en años anteriores.

Entre 2007 y 2013 la población ocupada extranjera se ha reducido en un 43,8% el triple que la población ocupada de nacionalidad española (-13,7%). En el caso de la población extracomunitaria esta pérdida de empleo alcanza el 51,6%, según el estudio del centro sindical.

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