miércoles, 24 de agosto de 2016

Hungría rechazará la cuotas de inmigración impuestas por Bruselas en un duro golpe al proyecto de la UE

Agnes Kegl - Los votantes en Hungría se posicionan de forma abrumadora contraria a la imposición de cuotas de inmigrantes de Bruselas en un duro golpe para todo el proyecto de la UE.

Las últimas encuestas muestran que la gente en el país de Europa central votaran en contra en grandes números para bloquear la afluencia prevista de nuevos solicitantes de asilo.

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha sido un fuerte crítico de las políticas migratorias de la UE y ha animado a los votantes a rechazar abiertamente a los dictados de Bruselas.

El sondeo provocará pánico en los pasillos del poder en la Comisión Europea, de Jean-Claude Juncker, cual se ha quedado aturdido por una serie de reacciones violentas públicas en contra de sus políticas autoritarias.

Según los datos recopilados por el sitio de noticias húngara Índex sobre la participación en el referéndum, que tendrá lugar en octubre, cómodamente superará el 50 por ciento requerido para que sea válido en virtud de las leyes del país.

En total el 54 por ciento de los votantes que respaldan a los cinco partidos principales del país han dicho que van a ir a las urnas para la votación.

De ellos el 33,6 por ciento en toda la división política han indicado que van a decir que no a las cuotas de Bruselas, en comparación con sólo el 4,8 por ciento que se encuentra a favor de votar para aceptarlos.

Sin embargo, cuando se le da ponderación para la popularidad relativa de los partidos individualmente, los encuestadores creen que un sorprendente 90 por ciento de los húngaros rechazará la propuesta de la UE.

Tal resultado sería poner a Hungría en desacuerdo con la Comisión de la UE, una vez más sobre la inmigración, que se está convirtiendo en un tema cada vez fraccionado en toda Europa.

Varios países de Europa central como Hungría, Austria, Croacia y Eslovaquia han expresado su indignación abierta en el plan de cuotas de inmigrantes, y algunos estados miembros están incluso lanzando un desafío legal al proyecto.

Bruselas ha devuelto el golpe, amenazando con multar a Hungría con 211.000 libras por cada uno de todos los solicitantes de asilo a los que se niegue a a tomar en un movimiento que tiene el euroescepticismo profundo inflamado aún más en el país.

A pesar de que el próximo referéndum no tiene ninguna fuerza legal, el gobierno húngaro espera que enviará una señal fuerte a Bruselas sobre la profunda oposición a la inmigración masiva en el país.

Otro estudio llevado a cabo esta semana mostró que dos tercios de los húngaros dicen que siente "miedo" o están "muy asustado" por el impacto de la crisis de inmigración que está teniendo en sus comunidades.

Y la misma encuesta mostró que más de la mitad culpa a Bruselas por la causa del problema - el mismo número de personas que creen que ser miembro de la UE "restringe la soberanía y la independencia política" de su país.

Orban se ha posicionado en repetidas ocasiones como un defensor de la cristiandad europea, con el argumento de que las grandes llegadas de inmigrantes está amenazando con socavar la "identidad cultural" del continente.

Su postura ha visto su país acercarse más políticamente hacia algunos de sus vecinos más próximos, pero también se ha profundizado ya las desavenencias grietas con los burócratas de Bruselas.

En una reciente reunión, Jean-Claude Juncker, fue captado por la cámara saludando al PM húngaro llamándolo "dictador" - resumiendo la actitud hacia Hungría en pasillos del poder de Europa.

Daily Express

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