jueves, 23 de mayo de 2013

El Congreso Judío Mundial está muy decepcionado con el discurso de apertura del primer ministro húngaro Viktor Orbán

El primer ministro de Hungría enfureció a los participantes del Congreso Judío Mundial, ya que en vez de tomar medidas concretas intentó restar importancia al problema del antisemitismo, mientras que la extrema derecha recorrían las calles de Budapest, escribe Der Spiegel en su edición en línea.

Der Spiegel entrevistó a Vera Vadas que nació en mayo de 1945, un día después de que el campo de Bergen-Belsen fuera liberado. Vadas creció en Budapest y en 1998 fundó el Festival Judío de Verano. Ella siempre ha sido abiertamente orgullosa de su ascendencia judía, y nunca ha tenido un problema con ello. Pero desde hace unos años se ha sentido incómoda porque el antisemitismo está creciendo en el país. "No estamos en peligro, pero es indignante hasta qué punto el país ha llegado sobre el antisemitismo", dijo Vadas.

Hay un partido de extrema derecha con el apoyo de 17% de la población y un gobierno de mayoría, cuyos miembros se expresan abiertamente contra los romaníes y los sentimientos antisemitas, y el jefe de gobierno mantiene discursos anti-europeos y nacionalistas de forma semanal, estos son los hechos y unos 100 mil judíos ven las cosas del mismo modo dice Vadas.

Como una cuestión de convención, el discurso de bienvenida en la ceremonia de apertura del Congreso  Judío Mundial siempre es dada por el jefe de gobierno del país anfitrión. Sin embargo, los participantes del congreso esperaban más del primer ministro en lugar de condenar solo el antisemitismo, pues querían escuchar las evidencias de que él y su partido se desprendieran de todos los contactos con el "partido extremista". El presidente del CJM Ronald S. Lauder criticó fuertemente a Viktor Orbán por perder su brújula política. Durante la ceremonia de apertura de la noche del domingo Lauder adoptó un tono más conciliador. "Los Judios de Hungría necesitan enviar un mensaje a todo el país de que la intolerancia es inaceptable", dijo Lauder.

El discurso de Viktor Orbán despertó grandes expectativas, pero fue decepcionante: Orbán en tantas otras veces antes, condenó el antisemitismo y declaró que su gobierno tenía la política de tolerancia cero sobre el odio, pero "no se enfrenta a la naturaleza real del problema, que en general, es el antisemitismo, y en particular la amenaza de la extrema derecha, el partido Jobbik y además, se quejó de la crítica injusta hacia Hungría dijeron fuentes judías.

Al contrario que en otros paísesnadie ataca a las sinagogas en Hungría, y el gobierno ha implementado una serie de medidas contra el antisemitismo, que hace todo lo posible para asegurarse de que los "horrores del Holocausto" nunca serán olvidado, dijo el primer ministro.

Según Der Spiegel, el aplauso tras el discurso era moderado y decepcionó a mucha gente. "Esperaba mucho más", dijo el presidente del Consejo Central de los Judios alemanes, Dieter Graumann a Spiegel Online. El Congreso Judío Mundial dijo que le faltaba en el discurso del primer ministro las "contra-medidas concretas contra la extrema derecha." Una gran cantidad de observadores húngaros de origen judío también estaban  decepcionados, quienes pensaron que el discurso fue una "farsa". (Lo que ellos esperaban es la prohibición de Jobbik)

Moshe Kantor, quien ha sido elegido como el co-presidente del Congreso Judío Mundial ayer, preguntó al primer ministro "¿por qué no usa su mayoría parlamentaria para la prohibición de Jobbik? Tiene que haber límites en la democracia. Esto es sólo una declaración políticamente incorrecta de mi parte, pero por lo demás nos movemos hacia el desastre", Dijo Kantor.

Hungarian Ambiance

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